Se cierra el ciclo en Segunda “B” con la pérdida de la categoría y el descenso a la Tercera División. Como recuerdo Francisco Antequera “con un presupuesto de sesenta y siete millones, insuficiente a todas luces para afrontar una campaña en la Segunda B, acuciado por otros asuntos de importancia tales como la terminación de la remodelación del silvestre Carrillo”, con muy pocas ayudas económicas, las restricciones en la plantilla eran un hecho cantado”.
En la pretemporada (28 de julio) se juega el “clásico” partido contra el CD. Tenerife en el “Municipal de Barlovento” que se llevan los blanquiazules por 0-2. Posteriormente el equipo rojinegro se desplaza a Tenerife para disputar el “Trofeo Teide”, donde se perdía con el Real Madrid “B” por 6-0, el “Ciudad de La Laguna”, proclamándose campeón, y el “San Casiano”.
Ayoze, que cumplía su tercera temporada en el equipo, reconocía en el periódico EL DÍA (23 de agosto), que el Mensa era “un equipo joven, con ganas, ambicioso y que no tira la toalla. El objetivo es la permanencia”.
Hay un cambio en el grupo de competición y el Mensajero tendría que luchar en el grupo III, con los conjuntos madrileños (Real Madrid “B”, Getafe, Atlético de Madrid “B”, Alcalá y Alcorcón), valencianos (Hércules, Valencia “B”, Alicante, Novelda, Castellón, Benidorm y Onda), castellanos (Toledo, Conquense y Talavera) y los canarios Universidad, Lanzarote, Vecindario y Pájara.
Para comenzar se cae de manera estrepitosa ante el filial valencianista (4-0), para a continuación ceder ante el Alcorcón en casa (1-3), empatar con el Vecindario en Gran Canaria (0-0) y volver a perder de manera consecutiva con Lanzarote (1-2) y Toledo (2-0).
(Ceire lucha un balón en el “Salto del Caballo” de Toledo. Jornada 5ª)
No es hasta el 7 de octubre cuando el Mensajero consigue la primera victoria ante el Pájara Playas en el “Rosendo Hernández”, en un partido de equipos necesitados y en el que los nuestros daban el “farolillo rojo” a los majoreros. El gol de la victoria lo anotaba Serrano, tras un pase perfecto desde la derecha de Piti.
Otro varapalo llegaría con el 4-0 que el Tenisca le endosa al Mensa en partido correspondiente a la ida de “Copa Federación” y tras el que nuestro equipo solo pudo empatar en la vuelta (0-0).
En la liga se vuelve a repetir como local en “Miraflores” y se vence al Getafe (3-1), pero a pesar de los tres puntos, el entrenador, Manolo Acosta, pone su cargo a disposición del club y es sustituido por José Ramón Arteche.
No se consiguió remontar la situación clasificatoria con el cambio de técnico y sin conocer la victoria se cierra el año como colistas, tras ceder en el “Municipal Aceró” ante el Real Madrid “B” por 1-2, con gol para los nuestros de Víctor Hernández y para el filial de Portillo. Era la sexta derrota del Mensajero “en casa” en lo que se llevaba de temporada…
Con el equipo en la UVI, Manolo Acosta regresa nuevamente para coger las riendas en sustitución del gallego, que presentaba un balance de 12 derrotas y 4 empates en 16 partidos… Y con él llegaba la ¡tercera! victoria de la campaña (12 de febrero), tras imponernos al Toledo, tercer clasificado del grupo. El tanto del triunfo lo anotaba Álex desde el punto de penalti.
Dos semanas más tarde se consigue el primer triunfo a domicilio en la visita al Getafe, donde el Mensajero se imponía por 0-1 con un nuevo gol de Álex, que sumaba tres dianas en tres jornadas desde la llegada de Acosta al equipo.
“PARECE RESUCITAR”, titulaban las crónicas, pero la situación era crítica y la dinámica anterior era lo suficientemente mala como para creer en la salvación. En el mes de marzo se enlazaron cuatro derrotas (Hércules, Alcalá, Castellón y Benidorm) dando pie al cambio en los encabezados de los medios donde ya se recogía “CARNE DE TERCERA” o “A TERCERA SIN DIGNIDAD”, tras el encuentro ante los castellonenses (1-3).
Con nada que perder, la plantilla se conjura para finalizar la liga dando una mejor imagen y se vence al Novelda “pasándole por encima” por 3-0. El once estuvo formado por Emilio, Ceire, Delfín, Richard, Giovanni, Mere, Vinuesa, Víctor, Ayoze, Gustavo y Soriano. Los goles de Mere, Soriano y Alex, que entraba en la segunda mitad, eran vistos como “una cana al aire antes de ver publicada la esquela de defunción”.
De seguido y aprovechando “el viento a favor” se empata en Gran Canaria ante el Universidad (1-1) y se volvía a ganar en el “Rosendo Hernández” al Conquense (1-0) en un partido en el que el entrenador visitante, José Sepúlveda, llegaba a afirmar que “el adversario me pareció un equipo de los puestos altos, rápido y con mucha ilusión”.
El último punto en Segunda “B” se lograba el 21 de abril en el “Municipal de El Prado” frente al Talavera (1-1, con gol de Soriano). Tras este resultado se certificaba el descenso matemático del Mensajero a cuatro jornadas del final. Cuatro semanas en las que el equipo no sumó ni un solo punto, despidiéndose de la categoría en el “Cerro del Espino”, donde caía 1-3 ante el Atlético de Madrid “B”. Como dato anecdótico, el gol que cerraba la historia del Mensa en la categoría de bronce lo anotaba Gustavo.
En fríos números, atrás quedaban 10 temporadas en Segunda “B”, 378 partidos jugados de los que se ganaron 144, se empataron 99 y se perdieron 35, para un total de 480 puntos (475 goles a favor y 465 en contra)…
Este era el resumen de la campaña del Mensa que hacía Miguel Otero, periodista deportivo tinerfeño, en su blog “La maleta”: “Desde el principio se sabía que no iba a ser el año del Mensajero. Se confió en un hombre de la casa para dirigir al equipo, Manolo Acosta, pero fue destituido en la octava jornada, llegando el gallego José Ramón Arteche.
El paso del técnico norteño por el representativo de la isla bonita no fue el más destacado. Después de dirigir 16 encuentros ligueros, el bagaje cosechado por José Ramón Arteche era inferior al que había dejado Manolo Acosta en sólo ocho jornadas, por lo que también fue destituido.
Después de barajar varios nombres, se decidió volver a confiar en el técnico inicial, Manolo Acosta, quien logró cambiar la mentalidad del Mensajero, pero el tiempo jugó en contra de los rojinegros. Haciendo buen fútbol y demostrando que la clasificación no es justa, el conjunto palmero se va con la cabeza bien alta.
La huída de jugadores fue otro de los grandes contratiempos que sufrió el Mensajero. Toño, Araujo, Pitti, Juan Carlos Ramos, Gustavo Miguel, Jaime, Juanvi, Diego Morín e Iñaqui Carrasco no acabaron la temporada con el conjunto palmero. Estas ausencias fueron sustituidas por Emilio Álvarez, Jorge, Vinuesa, Mere, Brenes y Giovanni, pero no lograron salvar al equipo. Esta remodelación de la plantilla perjudicó los intereses de los rojinegros, que ganaron enteros en la faceta defensiva, pero que perdieron mucha calidad en la punta de ataque con la marcha de Juan Carlos Ramos.
Los problemas económicos que atraviesan los palmeros también fue un factor en contra. Los jugadores rojinegros decidieron realizar varios plantes, con el fin de que se le abonara las mensualidades que se tenían pendientes. Esta irregularidad no benefició en nada el trabajo del representativo de la isla bonita, que intentó contentar en lo máximo a sus jugadores, pero en la mayoría de los casos, sin éxito.
Por si fuera poco, los palmeros no han podido disfrutar de un terreno de juego de forma habitual. La mayoría de sus choques los ha disputado en el “Rosendo Hernández”, aunque el “Municipal Aceró”, de Los Llanos de Aridane, también ha acogido algún choque de los rojinegros.
La ‘supuesta’ remodelación que se está realizando en el “Silvestre Carrillo”, sólo ha permitido al Mensajero ejercitarse en su recinto. Además, las dimensiones en las que ha entrenado a lo largo de la temporada, no son propias para un conjunto que milita en Segunda División B.
Así, este cúmulo de circunstancias ha llevado a uno de los clásicos a perder una categoría, que por historial, nunca debió dejar. La planificación de la próxima campaña está en proceso y se basará en un único objetivo: ascender”.
Al finalizar la campaña, uno de los grandes jugadores de la historia reciente del CD. Mensajero, Delfín, anunciaba su retirada de los terrenos de juego. El futbolista, una auténtica institución del club después de casi dos décadas en el equipo, comunicaba que abandonaba por cuestiones personales. Luis García, presidente rojinegro, decía que hablar de Delfín era “contar la trayectoria de un ejemplo a seguir por todos. En múltiples ocasiones puso las necesidades del club por encimas de sus propias obligaciones. Su profesionalidad deportiva y su humanidad lo hacen acreedor del reconocimiento de todo el mensajerismo”.
(Delfín se retiraba al finalizar la campaña. En la foto, sobre el césped del “Vicente Calderón”)
Sirva como colofón a esta época dorada del club, una copla de Nicolás Sosa que recoge Francisco Antequera:
“Mano”, no voy a llorar
por lo que el Mensa perdiera;
llegará otra primavera
en que flores vuelva a dar…