Ofreció sus servicios al Mensajero tras haber quedado enamorado de la isla y del Silvestre Carrillo el año anterior en una eliminatoria de la Copa del Rey. Aquel flechazo fue solo el comienzo de la trayectoria de Modesto Martínez Pillado en nuestro club. Tres años después el equipo perdería un gran central, pero ganaría un mesajerista para siempre.