Ya fuera de interior, de mediocentro, de diez o de lateral izquierdo (alguna vez, incluso, hasta derecho), Iray Barreto siempre ofreció un rendimiento sobresaliente. Comprometido en labores defensivas, pero con muchísimas cualidades técnicas, el argualero fue un fijo para la mayoría de entrenadores con los que coincidió en el Mensajero. Un comodín. Siempre al servicio del equipo.