Guillermo Jiménez Pérez (Santa Cruz de La Palma, 16/11/1991), después de jugar en cada una de las categorías de la entidad mensajerista (ascendió a Segunda ‘B’ en Pasarón) y entrenar a la cantera, se centra en la dirección deportiva. Su progenitor y homónimo, según él mismo indica, ha sido su mayor referente. Ahora, le toca mantener la línea de trabajo de la que ya empieza a recoger frutos; la Segunda RFEF, un reto mayúsculo.
En los últimos años, Guille Jiménez (hijo) se ha ido ocupando en mayor cuota de la configuración de las plantillas mensajeristas. Su progenitor es el que le ha servido de ejemplo para desempeñar tan ardua función en un club del que ya se espera lo máximo. Las decisiones deportivas se someten a debate; ahora de hijo a padre y no a la inversa como hasta hace cuatro campañas.
En lo que respecta a la labor desempeñada en un mercado que ya va tocando a su fin, Jiménez asegura estar «satisfecho» con la plantilla que se ha configurado. «Le hemos dado la oportunidad al entrenador de que no tenga que ceñirse a un solo sistema. Tenemos muchas alternativas», reconoce en declaraciones a los medios oficiales del club.
En lo referente a la continuidad del entrenador bagañete, el director deportivo asegura que lo tenían «muy claro». Además, le augura un futuro que podría desembocar «en el fútbol profesional».
De los partidos de la pretemporada saca una lectura muy positiva y que, a la vez, actúa como denominador común: «La solidez defensiva».
También habla sobre la idea de trabajar «no solo pensando en el presente», ya que, «gracias al magnífico trabajo de Alfredo o Miguel Tomás» la cantera mensajerista ha crecido en los últimos años. Además, añade que se fijan como objetivo el «ascender a Preferente Interinsular» con el filial que saldrá en Primera palmera.
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